EL MOMENTUM

Actividad + Concentración x Constancia

Cuando llegó el libro “Momentum” de Michael McQueen a mis manos supe que tenía que compartirlo e invitar a mis clientes, familia, amigos y seguidores a leerlo.
Michael McQueen nos lleva de la mano para aprender cómo dominar el arte del momentum, es decir, aprovechar los ritmos naturales de la vida y remar en la misma dirección.
El momentum puede definirse como “impulso”. El momentum es invisible, pero sin duda podemos sentir su presencia.
Los líderes describen la sensación de momentum cuando su organización cumple objetivos mes tras mes. Los corredores describen la sensación de fluir del momentum en mitad de la maratón, cuando su cuerpo comienza a correr con un ritmo propio.
El autor enumera algunos de los sentimientos que ha escuchado de sus clientes que han experimentado el momentum:

  • “¡Siento que todo me sale bien como si estuviera en mi elemento, solo tengo que disfrutar del viaje!”.
  • “Todo el mundo parece estar sincronizado. Experimento una sensación fantástica de armonía y sinergia con todas las personas”.
  • “Estaba en racha y todo parecía cuadrar exactamente en el mismo momento”.

Como el momentum sin duda nos hace sentir muy bien y puede generar resultados increíbles, Michael McQueen nos da tres razones tangibles para buscarlo y preservarlo a cualquier costo.

Razón 1: el momentum es generativo. Cuanto más momentum tengas, más tendrás. De la misma manera que el éxito llama al éxito. Aunque al principio pueda ser lento, en un instante comienza a crecer

Razón 2: el momentum es atractivo. Todos queremos estar en un autobús que vaya a alguna parte. Hay pocas cosas más excitantes que formar parte de una organización, de un movimiento o incluso de una relación personal que tiene una trayectoria ascendente. Los lugares inspiradores atraen a personas inspiradas. Incluso las grandes oportunidades parecen sentirse atraídas por los lugares en los que hay grandes oportunidades.

Razón 3: el momentum es protector. El momentum también proporciona un sentido sólido de la estabilidad a cualquier organización o individuo. La velocidad es clave para ponerse en marcha y mantener el equilibrio.

Para aprender, como dueños de negocio a generar el momentum, debemos conocer también, como señala el autor, los enemigos que nos pueden obstaculizar.

Los enemigos del momentum

Enemigo 1: la intoxicación del éxito.

Este enemigo se caracteriza por una mentalidad que afirma: “Mira todo el éxito que hemos tenido… Tenemos que estar yendo por el buen camino”. Esta mentalidad conlleva que nos cerremos a diferentes perspectivas y puntos de vista. En el peor, puede generar una mezcla de arrogancia y complacencia.

Enemigo 2: la tiranía de la tradición.

Las tradiciones codifican una práctica o estrategia que funcionó una vez, pero que quizá no vuelva a ser apropiada o efectiva. A esto se suma que, como humanos, somos criaturas de costumbres que tienden a gravitar en torno a lo familiar, lo probado y lo predecible.

Cualquier certidumbre es mejor que la incertidumbre- La mayoría de las organizaciones y muchos individuos tienen un instinto reflejo para resistirse e incluso temer el cambio, lo que nos inmoviliza.

Enemigo 3: la carga de la burocracia.

El papeleo, la sobrerregulación y la burocracia son la trinidad impía de la ineficiencia. Pocas cosas tienen el potencial de debilitar el momentum de los individuos y las organizaciones, como la burocracia.

Enemigo 4: el cansancio de la monotonía.

El cuarto enemigo del momentum nos puede afectar a todos: sencillamente, seguir con las rutinas.

La mayoría de las empresas o individuos comienzan con una visión inspiradora del futuro. No obstante, a medida que el tiempo los hace caer en la rutina, el realismo sobrio sustituye al optimismo.

La gran imagen inspiradora se estanca y solo quedan el letargo, el abatimiento y la monotonía paralizante. La mejor manera de seguir inspirados y en el buen camino es tener una visión clara y concebible en la que concentrarse.

Enemigo 5: la seducción de la inmediatez.

En una época en la que todo es para hoy, es esencial que los líderes eviten el pensamiento a corto plazo.

La fórmula del momentum

Para Michael McQueen el éxito o la vitalidad no tienen por qué ser

temporales o frágiles, sino que se pueden planificar y difundir. Él propone

una fórmula accesible para cuantificar el momentum en nuestras vidas y organizaciones.

Es una fórmula que se basa en lo que sabemos de la física, pero que también incorpora las últimas investigaciones en psicología conductual, la gestión del tiempo y el alto rendimiento:

M(momentum) = [A (actividad) + C (concentración)] × C (constancia)

Actividad

El autor recuerda una enseñanza de su padre: “No podemos esperar a que las cosas sean perfectas o hasta que tengas toda la información. Ponte en marcha. Toma una dirección, cualquier dirección, y siempre podrás redirigirte más adelante”.

El primer ingrediente indispensable para crear y mantener el momentum

es la actividad. El momentum consiste en moverse, en estar en marcha. Para que la actividad genere un momentum duradero, Michael McQueen nos dice que debe superar el cuádruple test del ser:

1. Inspiradora.

2. Innovadora.

3. Íntegra.

4. Inteligente.

Inspiradora. Encontrar una visión que inspire a colaboradores y a clientes.

Innovadora. Siempre innovar. Como decimos en ActionCOACH mastica el éxito, escúpelo y sigue adelante.

Íntegra. Aunque la rentabilidad es necesaria para cualquier empresa, la clave para la longevidad y el momentum es el compromiso con ideas significativas: dedicarse a ello por algo más que solo el dinero.

Paradójicamente, las empresas y las organizaciones que no tienen como principal objetivo el dinero ganan más, a largo plazo, que las que sí lo tienen.

Inteligente. La sabiduría que acumula una empresa u organización debiera garantizar los valores esenciales, asegurándose de que su ADN sea su máxima prioridad, sin que importe lo exitosa que llegue a ser la marca.

Concentración

Michael McQueen nos señala algo que de alguna manera todos sabemos hoy día: una de las bajas más significativas de la era de la información ha sido nuestra capacidad de atención.
En un estudio publicado en mayo de 2015 se demostraba que la capacidad de
concentración media de un humano adulto ha caído de 12 segundos en el año 2000 a 8 segundos 15 años después.
La constante lluvia de correos, llamadas, medios de información y redes sociales nos ha obligado a cambiar de tareas sin parar y dividir nuestra atención, tanto como sea neurológicamente posible.

Mientras que la distracción diluye nuestra efectividad, la concentración la magnifica. Pensemos cómo una cantidad modesta de agua se convierte en un chorro cuando se concentra, o cómo los rayos del sol llegan a quemar cuando pasan por el prisma de una lupa.

Michael McQueen destaca que el tipo de concentración que crea momentum en un individuo u organización siempre depende de lo siguiente:

1. Enfocar.
2. Decir no.
3. Podar.

Enfocar. Como una vez observó el cofundador de HP, David Packard: “Es más probable que una gran empresa muera de indigestión por embarcarse en demasiadas oportunidades que de hambre por tener muy pocas”.

Decir no. Las empresas debieran centrarse en los proyectos más rentables y decir no a aquellos que roban su atención y energía.

Podar. Las organizaciones que abarcaban mucho y emprenden diversas iniciativas en simultáneo pueden perder el rumbo y necesitar una poda que recupere el sentido de su identidad.

Constancia

En los negocios como en la vida, igual que muchas gotas de agua acaban haciendo una cascada, muchas acciones constantes, pequeñas y grandes, lograr crear momentum con el tiempo.

Sin embargo, aunque no debiera ser así, la constancia no se vende bien. No es glamurosa ni divertida. La naturaleza humana prefiere las victorias fáciles.

Michael McQueen nos dice que de todas las explicaciones sobre por qué es tan difícil mantener la constancia, la más certera es la siguiente: como humanos sobreestimamos el impacto de nuestras decisiones en el corto plazo, pero en gran medida subestimamos su impacto a largo plazo.

Si el nivel de éxito y de momentum del que disfrutas hoy, personal o profesionalmente, no es como el que habías querido, la razón de ello reside en decisiones que tomaste meses, años e incluso décadas atrás. El momentum es el indicador definitivo en la vida y los negocios.

Sin embargo, el autor nos motiva con buenas noticias. No podemos cambiar lo que hemos o no hemos hecho en el pasado, pero podemos empezar a tomar decisiones que, una tras otra a lo largo del tiempo, harán que el futuro sea como lo deseamos y nos invita a recordar este proverbio chino: el primer mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años; el segundo mejor momento es ahora.

Te invito a que construyamos juntos tu momentum.
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Coach Alex Macías
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